Conoce la definición de Materia inorgánica

La sal, el oro, el vidrio, el agua destilada, el hierro, el potasio... Son ejemplos de lo que se conoce como materia inorgánica y que tiene una importancia vital para el desarrollo del suelo. Se genera por reacciones químicas que se producen en la naturaleza. Conoce el significado y las características de este compuesto químico.

¿Qué es la materia inorgánica?

La materia inorgánica es aquélla que no tiene carbono y que se encuentra presente en todos los seres vivos (plantas, bacterias, animales, etc.). Por tanto, una sustancia inorgánica es aquélla que carece de átomos de carbono en su composición química, salvo algunas excepciones.

Se trata de un compuesto químico formado por diferentes elementos entre los que el agua suele ser el más abundante. Son moléculas pequeñas y simples que no son fabricadas por los seres vivos sino por la naturaleza.

A diferencia de la materia orgánica, no presenta funciones fisiológicas, ni metaboliza ni se reproduce.

La materia inorgánica se halla en minerales como el agua, las sales y el dióxido de carbono. Ejemplos de sustancia inorgánica son el ácido sulfúrico o el cloruro de sodio.

Los organismos autótrofos sólo utilizan sustancias inorgánicas del medio para su nutrición (agua, sales minerales). Estas biomoléculas forman parte de los organismos vivos pero no poseen hidrocarburos en su composición molecular.

¿Cómo se clasifica la materia inorgánica?

La clasificación de la materia inorgánica es esencial para entender cómo interactúan los distintos elementos y compuestos en nuestro planeta. Generalmente, se agrupa según su composición química y las propiedades físicas que exhiben. Aquí te presentamos una guía simplificada:

  1. Metales: Son buenos conductores de electricidad y calor, maleables y dúctiles.
  2. No Metales: Opuestos a los metales, estos elementos son malos conductores de electricidad y calor.
  3. Metaloides: Elementos que tienen propiedades intermedias entre metales y no metales.
  4. Compuestos Inorgánicos: Incluyen sales, óxidos, ácidos y bases que no contienen cadenas carbonadas como su esqueleto principal.

Esta clasificación nos ayuda a entender la diversidad de la materia inorgánica y sus aplicaciones en la vida cotidiana, desde la construcción de dispositivos electrónicos hasta la fabricación de vidrio y cerámica.

¿Qué diferencia hay entre la materia orgánica y la inorgánica?

La línea que separa a la materia orgánica de la inorgánica es clara y significativa, marcada por varias diferencias fundamentales:

  • Origen: La materia orgánica proviene de seres vivos o sus restos, mientras que la inorgánica se encuentra en la naturaleza fuera de los organismos vivos.
  • Composición: La materia orgánica se caracteriza por contener carbono e hidrógeno en su estructura molecular, a menudo junto con oxígeno, nitrógeno y otros elementos. La inorgánica, por otro lado, puede no contener carbono. Si lo hace, el carbono está unido a elementos que no son hidrógeno.
  • Propiedades físicas y químicas: Las sustancias orgánicas suelen tener puntos de ebullición y fusión más bajos, son menos estables al calor y tienen velocidades de reacción variadas. Las inorgánicas, generalmente, son más estables, tienen puntos de fusión y ebullición más altos y conducen electricidad cuando están en solución acuosa o fundidas.

Esta distinción es crucial para numerosas disciplinas científicas y aplicaciones industriales, influenciando desde la producción de energía hasta la fabricación de materiales y la agricultura.

Importancia de la materia inorgánica

La materia inorgánica tiene funciones muy importantes en la fertilidad del suelo y en el desarrollo de una agricultura acorde con las necesidades de preservar el medio ambiente y, a la vez, más productiva. Por eso es importante conocer los procesos que tienen lugar en el suelo y su actividad biológica para poder controlar la nutrición, el riego, etc.

La principal propiedad de la materia inorgánica es que no arde y que es una materia completamente inerte.